Docencia de Pregrado | Propósitos

Las políticas, mecanismos e instrumentos, tanto a nivel institucional como de carreras, dan cuenta de la constante preocupación de la Universidad por el aseguramiento de la calidad en la docencia de pregrado. Como se ha comentado previamente, ello constituye un principio rector de su gestión, a través del fomento a una cultura de mejoramiento continuo, planificado, controlado y evaluado en el marco de su misión institucional. La UCSC incorpora esta política en todos sus procesos fundamentales de docencia, investigación, vinculación con el medio y gestión, en la consecución de sus fines u objetivos, considerando estándares nacionales e internacionales con foco en la persona humana.

El Proyecto Educativo Institucional expresa la política de docencia, los propósitos y fines últimos de la enseñanza. Declara los resultados a los que aspira la Universidad Católica de la Santísima Concepción en la formación de personas, lo cual lo constituye en un documento perdurable. Este documento entrega los lineamientos que dan sentido a la identidad de la Institución y define los propósitos permanentes de la docencia, basándose en los criterios de pertinencia, que da cuenta de la relación orgánica entre el currículum, el Proyecto Educativo y las exigencias del entorno; coherencia, que establece la lógica relación de las distintas áreas del currículum, las que deberán estar equilibradas, secuenciadas e integradas entre sí, y flexibilidad, referente a la posibilidad que otorga el currículum para favorecer su periódica adecuación, la movilidad y autonomía estudiantil, el avance curricular y el reconocimiento de estudios.

El Proyecto Educativo de la Universidad es la lectura de los desafíos contemporáneos de la formación y la generación de conocimiento, bajo los imperativos normativos de la identidad que nace de ser una Universidad Católica. De esta manera, se asegura que la estrategia de desarrollo institucional mantenga el alineamiento con los principios identitarios. Conforme con ello, la UCSC articula su oferta formativa desde una comprensión del hombre según la fe cristiana católica. El ser humano es persona y, en cuanto tal, cada ser humano es irrepetible e insustituible desde su concepción hasta la muerte. Al mismo tiempo, está abierto constitutivamente para relacionarse responsablemente con Dios, con las demás personas y con la naturaleza no humana. Esta conciencia de lo que es el ser humano lo coloca en el centro de las preocupaciones del quehacer universitario.

Por consiguiente, la Universidad da prioridad a la formación integral del estudiante e insiste en la cooperación e integración de los saberes, a fin de que los estudiantes alcancen una visión orgánica de la realidad. Con este objeto, la reflexión de las diversas disciplinas, respetando la legítima autonomía de cada método, es iluminada por la reflexión filosófica y teológica. La búsqueda de la verdad atañe tanto a las ciencias naturales como a las humanas, las que presentan nuevos y complejos problemas que reclaman un esclarecimiento desde la Filosofía y la Teología.

Para la Universidad, antes que el conocimiento, está la persona humana, lo que impone la tarea de identificar las implicaciones éticas y morales de la ciencia y de la técnica, a fin de que éstas contribuyan realmente al bien de la humanidad. Por ello, la UCSC ofrece una formación ética basada en una antropología cristiana, superando con ello, la dicotomía entre fe y razón y, entre ciencia y conciencia. Así, la investigación científica es entendida como un valioso instrumento al servicio de la dignidad de las personas y de los pueblos. De esta forma, la Universidad se preocupa de comprender la cultura moderna desde esa antropología.

La Universidad aborda los desafíos que presentan la globalización, por un lado, y las identidades regionales, por otro. Esto la lleva a orientarse hacia una formación que integre el conocimiento pertinente, en el marco de los principios éticos de la persona humana y el diálogo interdisciplinar. Busca dotar a los estudiantes de una capacidad y una flexibilidad suficiente para lo global, lo multidimensional y lo complejo de los problemas contemporáneos.

En el ámbito de la docencia, el Proyecto Educativo plantea las siguientes exigencias atingentes a la formación de los estudiantes:

  • Diálogo fe y razón: búsqueda de la verdad inspirada en la fe cristiana católica para el desarrollo de los saberes.
  • Formación ética: dimensión basada en la antropología cristiana.
  • Integración de los saberes: perspectiva interdisciplinaria e integradora de la formación. Esto implica la insistencia en la formación integral del estudiante, entendida como el alcance de una visión orgánica y no fragmentada de la realidad y del saber humano, a través del diálogo interdisciplinar.
  • Servicio: promoción de la vocación de servicio en favor del progreso de la sociedad y del bien común.

De acuerdo con lo anterior, el mismo Proyecto Educativo, plantea un perfil del académico, el que debe ser una persona íntegra, culta y comprometida con los principios católicos. Los académicos católicos, por su parte, deben distinguirse, particularmente, por ser testigos y educadores de una auténtica vida cristiana, que manifieste una lograda integración entre fe y cultura, entre competencia profesional y sabiduría. De los académicos no católicos, la Institución exige una necesaria actitud de respeto y apertura hacia los principios que rigen la Universidad y a la misión que ella ha recibido de la Iglesia. También exige una rigurosa formación académica expresada en una decidida vocación por el estudio, la investigación, la enseñanza y los servicios y, una permanente disposición para el diálogo interdisciplinar.

Las directrices generales para la implementación del Proyecto Educativo Institucional se manifiestan en el Modelo Educativo de la Universidad, que establece la arquitectura curricular y normas que proporcionan un marco regulador para el diseño y desarrollo de itinerarios formativos bajo una estructura común, respetando la singularidad de cada carrera y dando cumplimiento al principio de formación de la Universidad. El Modelo Educativo establece los criterios generales de orden curricular que permiten la concreción de los propósitos de la docencia. En cuanto tal, ofrece las opciones que tendrán los actores de la docencia (estudiantes y docentes) para la prosecución de los fines comunes en toda la diversidad de disciplinas y niveles de estudio. De esta forma, es un documento dinámico sujeto a los cambios necesarios, que van en pro de asegurar el cumplimiento del Proyecto Educativo Institucional desde su creación, como se comentó en el Marco de Referencia. Así se visualiza en la siguiente figura.

La misión y visión de la UCSC la comprometen a la generación de oportunidades educativas desde el concepto de formación integral de las personas. El concepto de formación integral se especifica desde la identidad como universidad católica:

“La Universidad Católica de la Santísima Concepción, a través de su proceso formativo, busca que sus estudiantes se distingan por una conducta responsable consigo mismo, con la sociedad y su entorno, guiados por el principio de diálogo entre fe y razón – que se basa en una preocupación ética con perspectiva teológica y en la valoración de la dignidad de la persona humana- cuya evidencia será la integración de los saberes a través del diálogo interdisciplinario, con el fin que el saber contribuya a la humanización del hombre” (Modelo Educativo UCSC, p. 8). Lo anterior se expresa, en un nivel más operacional, en un perfil genérico del egresado de la Universidad, el cual se distingue por:

  • Una formación disciplinar rigurosa y sistemática complementada desde un fundamento común teológico y filosófico
  • Visión enriquecida del saber humano desde el diálogo fe y razón con centralidad en lo ético
  • Vocación de servicio en favor del progreso de la sociedad y del bien común.

El aseguramiento del principio de formación y el perfil genérico se basa en el desarrollo del diálogo interdisciplinar, que corresponde a la voluntad de convergencia de las diferentes disciplinas en la promoción de una visión orgánica de la realidad, apoyada por la contribución de la filosofía y la teología. Para ello, el currículum genera instancias y espacios que propician una formación y diálogo interdisciplinar, entre los cuales se pueden mencionar:

  • Actividades del currículum mínimo que enseñan los fundamentos filosóficos, teológicos y éticos de la realidad
  • Actividades curriculares del currículum complementario que cumplen con criterios que favorecen el aprendizaje de una visión orgánica de la realidad (integración del saber, INS)
  • Actividades curriculares que propician el compromiso social: aprendizaje servicio, aprendizaje basado en problemas, aprendizaje basado en proyectos, entre otras
  • Actividades curriculares adicionales que los estudiantes pueden inscribir en facultades o institutos distintas al propio currículum.

En el currículum se asegura el principio de formación a través de los siguientes componentes que se encuentran presentes en los planes de estudio, los cuales atienden a las especificidades de las diferentes disciplinas, niveles de formación y modalidades de dictación:

  1. Competencias genéricas: La Universidad ha definido las siguientes competencias genéricas, las que son comunes a los perfiles de egreso de pregrado, poseen niveles de dominio y resultados de aprendizaje, contextualizados según las particularidades de cada carrera.
    • Compromiso e innovación social: Desde el fundamento de la dignidad y trascendencia de la persona humana que enseña la antropología cristiana, la Universidad, ofrece oportunidades a sus estudiantes, de formarse en un contexto de acción solidaria y consensuada con la comunidad, en pos del bien común, participando en soluciones innovadoras a necesidades reales de la comunidad que, además, potencien su proyecto de vida. Todo plan de estudios deberá incorporar esta competencia genérica en al menos una asignatura del currículum mínimo.
    • Competencia de comunicación en español: Desarrollo de las competencias de lectura y escritura, escucha y expresión oral durante toda la formación superior, a través del currículum y en estrecho vínculo con la especificidad de cada conocimiento disciplinar. Todo plan de estudios deberá incorporar al menos una asignatura de comunicación oral y escrita del español, a la vez, que deberán establecer demandas de escritura y expresión del idioma, a través del resto de las asignaturas.
    • Competencia de comunicación en inglés: El plan de estudios deberá contemplar oportunidades para el aprendizaje de habilidades comunicativas en esta segunda lengua, según estándares del Marco Común Europeo y de acuerdo con las necesidades que establezca cada programa de estudio.
  1. Formación teológica-filosófica: La formación teológica-filosófica tiene el propósito de contribuir a la búsqueda de una síntesis del saber y, al diálogo entre fe y razón. Esta formación se entrega a través de actividades curriculares del currículum mínimo de Teología, Filosofía y Ética.
  1. Integración del saber: Para favorecer la integración del saber cómo elemento de la formación integral de las personas, el diseño curricular está basado en resultados de aprendizajes y competencias, lo que implica referenciarlo en base a desempeños de complejidad creciente en los que se impone una visión interdisciplinaria. Los estudiantes tienen información y acceso a las actividades curriculares de las distintas carreras y programas, con las restricciones académicas y administrativas que puedan establecerse al efecto. Además, pueden optar al reconocimiento y certificación de actividades no formales, que contribuyan a su formación en los ámbitos propios de la vida universitaria.

El Modelo Educativo exige, además, entregar apoyo sistémico a las necesidades académicas de los estudiantes: fomentar la autorregulación del aprendizaje, lo que implica entregar acompañamiento para que sean responsables y conscientes de su propia formación; vincular la docencia con la investigación; vincular la docencia con el medio externo para mejorar su experiencia formativa y ampliar su horizonte sociocultural a través de la promoción de espacios de encuentro más allá de la enseñanza formal.

Conforme a los propósitos de la docencia antes reseñados, los que se indican en el mandato permanente del Proyecto Educativo, la Universidad despliega una serie de estrategias y acciones contenidas principalmente en el PDE, específicamente en el foco de formación de personas. Para ello, la Institución imparte programas de calidad, pertinentes y acordes con el modelo educativo, que entregan a los estudiantes una experiencia universitaria enriquecida y acorde con sello valórico identitario. Las estrategias contenidas en el PDE 2017 – 2021 para el desarrollo de este foco son:

  • Robustecer los procesos de evaluación y monitoreo de la implementación curricular.
  • Perfeccionar mecanismos de aseguramiento de calidad para el logro efectivo del perfil de egreso.
  • Estimular y reconocer a los académicos con dedicación prioritaria a la enseñanza que demuestran compromiso con el aprendizaje y la innovación en docencia universitaria.
  • Impulsar el perfeccionamiento de las prácticas de enseñanza de sus docentes con estrategias actualizadas, ajustadas a las particularidades de cada disciplina y a las necesidades de los estudiantes, de forma de lograr una transformación sustantiva en la enseñanza.
  • Potenciar el sistema de acompañamiento académico a los estudiantes para mejorar los resultados del proceso de enseñanza aprendizaje, con especial énfasis en las áreas de aprendizaje que presentan dificultades para los estudiantes.
  • Fortalecer la interdisciplinariedad del currículo
  • Implementar y fortalecer mecanismos que permiten la articulación de niveles de formación.
  • Implementar y fortalecer mecanismos de gestión, para la movilidad local, nacional e internacional.
  • Fortalecer la gestión de apoyo y promoción al desarrollo estudiantil
  • Fortalecer el sello identitario.
  • Implementar un plan que promueva la vida universitaria
  • Promover la participación de estudiantes en actividades de compromiso e innovación social.

Estas estrategias, tal como se menciona en el capítulo del área de gestión, son articuladas a través de diversas iniciativas estratégicas durante el período del PDE y son desarrolladas por las respectivas unidades que lideran los procesos institucionales. Los resultados de estas iniciativas estratégicas se verán a lo largo del presente capítulo.

A continuación, se indican los principales documentos normativos que resguardan los propósitos de la docencia de pregrado.

Reglamento General de la Docencia de Pregrado

El Reglamento General de la Docencia de Pregrado, establece las normas generales que rigen la docencia en carreras conducentes a Título de Técnico Universitario, Título Profesional, Grado Académico de Bachiller y Grado Académico de Licenciado. Además, establece los derechos y deberes de académicos, docentes, estudiantes y administrativos que participan en el proceso de enseñanza y aprendizaje de los estudiantes de pregrado. Este reglamento es el referente al que debe ajustarse la generación de cualquier normativa que surja en las facultades relacionada con la docencia de pregrado. El reglamento surge de cara a la proyección estratégica del pregrado e implica establecer marcos regulatorios para la apertura de carreras, diseño o rediseño curricular, cierre de programas, características de los planes de estudios, estructura de las actividades curriculares, de los syllabus, la organización de la docencia, entre otros.

Reglamento General de Reconocimiento de Estudios y Aprendizajes

El Reglamento General de Reconocimiento de Estudios y Aprendizajes establece los criterios, mecanismos y procedimientos que UCSC han logrado desarrollar en la enseñanza formal, no formal e informal, cautelando en todo momento el cumplimiento de los propósitos y fines de la docencia en la Universidad y los criterios de calidad. Este reglamento, establece los procedimientos de convalidación de estudios, reconocimiento de aprendizaje previos, homologación de estudios, validación de oficio y reconocimiento simple de actividades de intercambio estudiantil.

Reglamento de Admisión 

El Reglamento de Admisión de la UCSC establece el conjunto de mecanismos de información, postulación, selección y matricula en virtud del cual se adquiere la calidad de estudiante de la Universidad al caracterizar el proceso de admisión como reglado, transparente e imparcial. En él, se indican los deberes y derechos de los estudiantes que postulan a la Universidad, los tipos de admisión a carreras de licenciaturas y carreras profesionales en régimen regular de estudios de pregrado, ingreso a carreras técnicas de nivel superior y a programas de continuidad de estudios, ingreso de estudiantes provisionales y de intercambio e ingreso a programas de postgrado, postítulo y educación continua.

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