Docencia de Pregrado | Análisis Crítico

Política y propósitos del área de docencia de pregrado

La Universidad cuenta con un Proyecto Educativo Institucional (PEI) conocido y operacionalizado a través del Modelo Educativo. Dicho documento integra el saber mediante: un currículum basado en resultados de aprendizaje y competencias, la promoción del diálogo interdisciplinar, un proceso de enseñanza y aprendizaje centrado en el estudiante, una formación en el diálogo entre fe y razón y coherencia ética, y una enseñanza contextualizada en los problemas reales de la sociedad regional y nacional, orientados a promover el bien común.

El Modelo Educativo Institucional permite entregar un marco normativo curricular, con competencias genéricas transversales, que abarca desde el nivel Técnico de Nivel Superior hasta el Doctorado y que garantiza planes de estudios pertinentes y de calidad. Lo anterior, es respaldado por más de un 90% de los informantes claves, quienes declaran que las carreras de la Universidad están alineadas con el Proyecto y Modelo Educativo institucional.

Estas directrices constituyen la política de formación centrada en el estudiante y son el referente para el mejoramiento y calidad de la enseñanza, la pertinencia de los planes de estudios, la integración con investigación y su relación con el entorno. Asimismo, cautelan la igualdad en el acceso y la permanencia, mediante dispositivos de acompañamiento al estudiante.

La implementación de las diversas estrategias, expresadas en un adecuado marco normativo, y la definición de comisiones que apoyan la toma de decisiones, permiten garantizar la calidad en los procesos formativos. Lo anterior, se evidencia con el aumento en la acreditación de carreras, mejores indicadores de progresión académica, incremento en la posición relativa de la Universidad en relación con sus pares, actualización de sus currículos a través del proceso de renovación, entre otras.

Respecto a la oferta de carreras, se evidencia que la Institución cumple con su rol de universidad católica, pública y regional. La creación de carreras cuenta con procedimientos normados, los que han sido actualizados y permiten la orientación y guía para el levantamiento de perfiles de egreso, diseño de planes de estudio, diseño de actividades curriculares, monitoreo del logro progresivo del perfil de egreso, promoción del uso de las metodologías activas y estrategias de evaluación, entre otras. Lo anterior, es reconocido por 92% de los informantes clave consultados.

La efectividad de la oferta de carreras se evidencia en el incremento de la tasa de postulaciones en primera preferencia, aumentando 50% en el último quinquenio. Con respecto a la matrícula, la tasa de uso de vacantes en el proceso de admisión regular se ha mantenido cercano al 108% en el mismo período. La admisión especial se ha incrementado como respuesta a los nuevos requisitos de la política pública mediante los programas PACE y Escuela de Talentos Pedagógicos.

La Universidad cuenta con una sólida estructura organizacional vinculada a la acreditación y certificación de carreras, que cautela en particular el desarrollo de los procesos de autoevaluación y acreditación, tanto de la Institución como de sus programas en los diferentes niveles. Prueba de ello es que antes de la implementación de la Ley de Educación Superior, la Universidad contaba con acreditación del 67% de las carreras con licenciatura y el 64% de las carreras técnicas de nivel superior.

La Universidad aplica mecanismos protocolizados para la revisión sistemática de procesos de diseño, renovación curricular, validación de perfiles de egreso de las carreras, apoyados por las unidades de la Dirección de Docencia. En relación con ello, el 86% de los encuestados declara que existen protocolos formales para la construcción de los perfiles de egreso de las carreras con participación de actores externos. Por otra parte, un 85% indica que existen procesos formales para regular la renovación o adecuación curricular y un 70% de los informantes clave está de acuerdo con que la Institución cuenta con mecanismos que permiten evaluar periódicamente el perfil de egreso de las carreras.

Considerando que la oferta formativa de la Universidad abarca todos los niveles de pregrado, se han implementado variadas vías de articulación, en especial entre la Enseñanza Media Técnico Profesional y Carreras Técnicas, y entre estas últimas y Carreras Profesionales. Sin embargo, se observan oportunidades aún no aprovechadas de articulación entre Carreras Técnicas y Profesionales con Licenciatura.

Respecto del proceso de admisión, la UCSC cuenta con un sistema conocido, con reglas y mecanismos claros, coherente con su Proyecto Educativo, el cual se ajusta a la normativa nacional del Sistema Único de Admisión de Universidades del Consejo de Rectores de Chile. Lo anterior es respaldado por el 83% de los estudiantes en el proceso de encuesta a informantes clave. Además de lo anterior, la Universidad mantiene un procedimiento que establece las reglas e instrumentos para la gestión y control de los procesos de admisión especial y complementaria, en coherencia con las exigencias nacionales.

La Institución cuenta con un proyecto y modelo educativo, aplicados de manera homogénea en todos los niveles formativos al interior de la Universidad. El primero contiene los principios fundamentales de la formación en la UCSC y el segundo corresponde a la arquitectura curricular y normas que establecen los criterios generales que permiten la concreción de los propósitos de la docencia y las acciones necesarias para alcanzar la progresión estudiantil.

A partir de la implementación de los documentos rectores mencionados anteriormente, la Universidad se ha propuesto la innovación permanente de las metodologías de enseñanza aprendizaje. Para ello dispone del Centro de Innovación y Desarrollo Docente (CIDD), unidad perteneciente a la Vicerrectoría Académica, a cargo de mantener procesos permanentes de fortalecimiento de las habilidades pedagógicas de los académicos. Esta afirmación es ratificada por un 94% de los académicos planta y por un 89% de académicos a honorarios, quienes confirman que la Institución cuenta con instancias formales que permiten la actualización de metodologías de enseñanza-aprendizaje.

La Universidad promueve el mejoramiento de la calidad de los aprendizajes, a través de una metodología centrada en el estudiante, que permite una mayor aplicación y sostenibilidad, gracias a la interacción teoría, práctica y experiencial, en coherencia con su Modelo Educativo. Lo anterior es respaldado por el 92% de los informantes clave consultados, quienes manifiestan que la Universidad promueve la aplicación de metodologías activas. Un rol destacado en este aspecto lo cumple la metodología Aprendizaje Servicio (A+S), la cual es intencionada por la Universidad en al menos una actividad curricular por cada carrera.

Respecto de la incorporación de las TIC en el proceso de enseñanza aprendizaje, la Universidad impulsa el uso de este recurso en las prácticas pedagógicas y la implementación de entornos informáticos que favorecen el aprendizaje. Prueba de ello, es que un 88% de los cursos de pregrado programados semestralmente se encuentran activos en la plataforma EV@. Lo anterior es reconocido por un 83% de los académicos planta y un 88% de los docentes a honorarios.

Finalmente, en materia de evaluación, la Universidad cuenta con procedimientos y diversos instrumentos de evaluación que están en coherencia con los resultados de aprendizaje esperados, definidos en los planes de estudios y en los instrumentos que los operacionalizan.

La Universidad cuenta con claros mecanismos que sustentan los procesos de selección, contratación, desvinculación y retiro de personal académico, complementados con mecanismos para su perfeccionamiento y capacitación. Con respecto a esto, el 81% de los académicos de planta y el 85% de los académicos a honorarios reconocen la existencia de estos mecanismos.

La Institución cuenta con un proceso de evaluación académica que reconoce la contribución de los académicos al posicionamiento, competitividad, productividad, eficiencia y efectividad de la Universidad. Esta evaluación incorpora parámetros objetivos, claros y conocidos, que permite identificar fortalezas y debilidades del cuerpo académico y proyectar su desarrollo a través de la carrera académica. Respecto a lo anterior, el 87% de los informantes clave afirma que la promoción académica se realiza a través de un procedimiento formal que resulta de un proceso de evaluación y categorización. Como desafío para enfrentar los requerimientos propuestos por la Ley de Educación Superior y de la propia Carrera Académica UCSC, la Universidad requerirá fortalecer la formación del cuerpo académico respecto a competencias de innovación en la formación técnica.

Tal como se ha mencionado, el CIDD pone a disposición de los académicos planta y docentes a honorarios programas de apoyo permanente en competencias pedagógicas, fondos internos para mejorar sus prácticas y otras capacitaciones en materia de desarrollo e innovación docente. Prueba de ello, es que el 91% de los actores claves encuestados declara la existencia de instancias formales que permiten a los docentes la actualización en metodologías de enseñanza aprendizaje.

La Universidad cuenta con una adecuada dotación de académicos para responder a las necesidades de la docencia. Se observa, por ejemplo, que los indicadores relacionados son estables e incluso han mejorado en el último año, llegando a 25 estudiantes de pregrado por jornada completa equivalente, situándola en la media de las universidades comparables. Lo anterior queda de manifiesto con lo expresado por el 79% de las autoridades de las facultades y el 73% de los jefes de carrera, quienes afirman que la dotación del cuerpo académico es suficiente para atender los requisitos de las carreras.

La Universidad dispone de procedimientos de selección y contratación de académicos a honorarios claros y conocidos, según lo expresado por el 85% de los académicos encuestados. La proporción de académicos a honorarios alcanza el 25% de JCE al primer semestre del 2019. Estos académicos desarrollan el 60% de las horas de docencia en carreras con licenciatura y un 86% en carreras técnicas programadas en el último semestre. Para la Universidad, la docencia realizada por los profesores a honorarios juega un rol importante a la hora de servir de nexo con el entorno, dentro de la cual se destaca la vinculación de la formación técnica con el medio laboral. Asimismo, la Universidad se ha comprometido en mejorar la relación entre los estudiantes de carreras técnicas y JCE hasta alcanzar los indicadores nacionales de este nivel formativo, a través del fortalecimiento de su cuerpo académico.

La Universidad establece políticas y mecanismos de acceso inclusivo en coherencia con la misión institucional y con su compromiso público. Ello favorece la atracción de estudiantes con talento, mérito y motivación con reales posibilidades de cursar y terminar sus estudios universitarios, mediante su esfuerzo y el apoyo de la Universidad.

La Universidad brinda apoyo sistemático e integral desde el ingreso para favorecer el proceso de enseñanza – aprendizaje y la progresión estudiantil. El 84% de los estudiantes reconoce que la Institución cuenta con procesos de inducción y acompañamiento que facilitan el ingreso a la vida universitaria.

Con respecto a los servicios estudiantiles, la Institución cuenta con un equipo interdisciplinario que contribuye al desarrollo integral del estudiante, entrega apoyo en salud, gestiona beneficios estudiantiles, apoya la inclusión, y promueve la actividad física y recreativa para una plena vida universitaria. Para ello existen mecanismos que aseguran la calidad en la entrega de estos servicios, lo que es respaldado por los 69% estudiantes encuestados. En este mismo sentido, un 74% señala que estos servicios son regulados mediante procedimientos claros y definidos.

Todo lo anterior evidencia que la Universidad posee mecanismos de acompañamiento y servicios apropiados a las características de los estudiantes, lo que se ha traducido en un mejoramiento de los indicadores de progresión estudiantil en el último período. Ejemplo de ello es el avance en indicadores de retención y aprobación de asignaturas, donde la Universidad demuestra un indicador superior a las otras instituciones de referencia.

Finalmente, se observa un aumento en los indicadores de titulación, con resultados de 55% en la tasa de titulación efectiva y 42% en la tasa de titulación oportuna, registrados a diciembre de 2019. La Institución tiene procedimientos claros para retroalimentar los programas de estudios con información de egresados y empleadores. Estos mecanismos permiten a la Universidad continuar realizando una acertada retroalimentación de acuerdo con las necesidades del medio externo, lo que impulsa a la Institución a seguir consolidándolos al interior de las Unidades Académicas.

La Institución reconoce la importancia de la vinculación de los procesos y resultados de la investigación realizada por el cuerpo académico con la docencia impartida, con el propósito de mejoramiento de su calidad, en coherencia con el nivel de complejidad en el que se encuentra la Universidad. Con el fin de articular el desarrollo de la investigación orientada al mejoramiento de la docencia, la Universidad reconoce dos ámbitos en que la investigación impacta la calidad de la docencia: la transferencia de investigación básica, y la investigación sobre los propios procesos docentes.

Respecto al primero, se han generado diversos mecanismos para la transferencia de los resultados de la investigación a los procesos de formación. Es así como el 93% de las carreras de pregrado cuentan con actividades curriculares que desarrollan habilidades investigativas en los estudiantes, apoyadas principalmente por académicos investigadores con productos en los últimos 5 años. De esta manera se ha incrementado el número de estudiantes que participan en proyectos de investigaciones o actividades asociadas.

Respecto al segundo ámbito, la Universidad ha fortalecido el fondo de apoyo a la docencia (FAD) mediante el aumento en la asignación de recursos y la cualificación de los procesos académicos vinculados a la realización de estas iniciativas. Como resultado de lo anterior, se evidencia aumento del promedio de proyectos anuales, a 30 en el último período respecto a 10 del período anterior.

Las diversas estrategias y acciones implementadas en estos dos ámbitos nos han permitido alcanzar un aumento en las publicaciones asociadas a la investigación en docencia en los últimos 5 años, las cuales han alcanzado 116 artículos, lo que es un incremento notable respecto al período anterior.

Respecto a lo anterior, el 61% de los actores clave encuestados declara que la actividad investigativa del cuerpo académico se utiliza para el mejoramiento de la docencia, lo que es respaldado por el 64% de los estudiantes. Estos índices plantean como desafío para la Universidad, fortalecer los mecanismos de difusión a través de normativas, incentivos en la carrera académica y la evaluación sistemática de estas prácticas.

La comunidad en general reconoce los mecanismos Institucionales y de las Unidades Académicas de aseguramiento de la calidad para realizar el seguimiento, revisión y actualización del perfil de egreso y los planes de estudio. Lo anterior es respaldado por la política de calidad y normativas que regulan la docencia de pregrado.

La Universidad mantiene instancias formales de reflexión y análisis para la correcta implementación y monitoreo de los planes de estudios en diferentes niveles en la toma de decisiones. El Comité de Implementación Curricular de Pregrado y los Comités de Carrera son una fortaleza reconocida, responsables del análisis, reflexión y mejoramiento de los procesos de enseñanza y aprendizaje de cada plan de estudio y, en general, de la implementación del Modelo Educativo.

En el marco del aseguramiento de la calidad en docencia de pregrado, la Universidad monitorea los resultados de sus estudiantes, lo que ha permitido mejorar los instrumentos de diagnóstico, aumentar los sistemas de apoyo al aprendizaje, aumentar cobertura y diversificación de los servicios estudiantiles y fortalecer de las capacidades pedagógicas de su cuerpo académico. Evidencia de ello, es la evolución positiva de los resultados de la progresión de los estudiantes comparación con los de las universidades del grupo 2+i, así como la solidez lograda en los procesos de acreditación de carreras, la implementación de los procesos de certificación interna, entre otros.

A nivel operativo, la Universidad aplica diferentes instrumentos que le permiten monitorear la calidad de la docencia, los cuales son valorados positivamente y reconocidos por los informantes clave encuestados en los diferentes instrumentos de medición: Encuesta de Evaluación de Desempeño Docente, reconocida en promedio por el 69% de los actores relevantes, la Encuesta de Satisfacción de los Servicios Estudiantiles, avalado por el 77% de los informantes clave, y la Cartilla de Balance que permite monitorear la correcta implementación del modelo educativo en las carreras, con una alta valoración por parte de los encuestados (95%).

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